Sinopsis
La agricultura es una profesión desafiante con varias luchas diarias y factores externos como las fluctuaciones del mercado y el cambio climático. La agricultura de precisión y las tecnologías digitales pueden mejorar la productividad y la rentabilidad, mientras que las políticas gubernamentales y la colaboración pueden ayudar a los agricultores a adaptarse a las nuevas regulaciones y acceder a nuevos mercados.
Tengo algo que confesar. No soy agricultora. Antes de que dejes de leer o te preguntes si tengo siquiera la cualificación para hablar desde la perspectiva de un agricultor, escucha mi alegato.
Admito que, cuando empecé a trabajar en Farmable, llegué con el entusiasmo de una profesional que busca generar impacto y ayudar a sus compañeros de profesión a superar los desafíos de la agricultura en la nueva era digital.
Y ahora que han pasado dos años y medio, he llegado a una conclusión. Olvídate de cualquier solución que te pueda dar: la agricultura es una profesión la mar de difícil. Ni siquiera soy capaz de imaginar la fuerza de voluntad y aplomo que conlleva.
Por eso, me gustaría dedicar un momento a homenajear a mis amigos agricultores arrojando algo de luz sobre sus desafíos, especialmente a la luz de las próximas normas de sostenibilidad del sector.
Es un trabajo constante
Por supuesto, hay períodos de escasez entre temporadas, dependiendo de la parte del mundo en la que cultives. Y aun así, notarás que consume todo tu tiempo. A diferencia de un trabajo de oficina, no puedes desconectar al final de la jornada laboral.
De hecho, muchos agricultores viven en sus fincas. Si pierden su explotación, pierden también su hogar, que en algunos casos lo lleva siendo durante generaciones. Por tanto, es una cuestión personal que va más allá de los negocios.
Aparte, implica una cantidad ingente de trabajo manual, incluso con toda la maquinaria, sensores y drones del mundo. Requiere operaciones, mantenimiento, mejoras y mucho más. Podría decirse que la lista de tareas es prácticamente infinita.
La mayoría de explotaciones del mundo son medianas o pequeñas
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), las explotaciones de pequeña agricultura, definidas como aquellas con menos de 2 ha de tierra, constituyen el 84 % de los 570 millones de explotaciones en el mundo.
Las explotaciones familiares, que incluyen explotaciones de todos los tamaños, desde pequeñas a grandes, abarcan cerca del 75 % de la superficie agrícola mundial y representan el 80 % de la producción de alimentos del planeta.
Estas explotaciones familiares proporcionan a menudo la mayor parte de la producción alimentaria y del desarrollo rural. Son propiedad de emprendedores que, a menudo, dirigen la explotación ellos mismos.
Y aún no hemos llegado a la parte más dura.
La lucha diaria
Los agricultores tienen muchos desafíos a los que enfrentarse.
El coste de los insumos
El coste de insumos como semillas, fertilizantes y combustible ha aumentado considerablemente en los últimos años, lo que puede dificultar que los agricultores mantengan la rentabilidad, sobre todo cuando los precios de mercado son bajos.
La falta de mano de obra
Muchos agricultores se enfrentan a la escasez de mano de obra debido a factores como las políticas de inmigración y la urbanización. Dichos factores pueden complicar la labor de encontrar los trabajadores que necesitan para plantar, cosechar y mantener sus cultivos.
Este problema se puso especialmente de manifiesto durante la pandemia de COVID, cuando no se permitió la entrada de trabajadores de otros países y los agricultores perdieron su producción porque no había quien la cosechara.
El acceso a financiación
El coste de la tierra, la maquinaria y la tecnología puede suponer un obstáculo importante para los agricultores, sobre todo para los más jóvenes o recién llegados. Poder acceder a financiación y crédito es necesario para que los agricultores inviertan en sus explotaciones y logren un crecimiento sostenible. De lo contrario, asumen un riesgo personal desproporcionado en comparación con las posibles ganancias de la agricultura (o algo así…).
Lo peculiar de la agricultura es que la propia explotación sirve de garantía, es decir, que si el negocio fracasa, la explotación pasa a manos del banco. Debido a esta fuerte interrelación, los agricultores tienen una tasa de morosidad muy baja. Por otro lado, si una empresa agrícola quiebra, los agricultores y sus familias también pierden su hogar. En definitiva, asumen un riesgo personal desproporcionado en comparación con las ganancias potenciales de la agricultura.
La salud mental
El estrés y el aislamiento vinculados a la agricultura pueden afectar a la salud mental de los agricultores, de modo que es importante que tengan acceso a apoyo y recursos que les ayuden a hacer frente a las exigencias de su trabajo. Aunque muchas administraciones y grupos de apoyo locales prestan este tipo de ayuda a los agricultores, a menudo existe un estigma asociado a la salud mental que es necesario superar.
Factores externos
Además de lidiar con los desafíos del día a día, los agricultores conviven en un ecosistema más amplio formado por el mercado, el gobierno y el medio ambiente. Se trata de un ecosistema que afecta a los agricultores y se ve afectado por ellos.
Las fluctuaciones del mercado
Los agricultores están a menudo a merced de las fluctuaciones del mercado, que pueden tener importantes repercusiones en su rentabilidad. Los precios de productos básicos como la fruta y la verdura pueden variar significativamente, lo que dificulta a los agricultores la planificación y la elaboración de presupuestos. De nuevo, se trata de un aspecto claramente perceptible durante la pandemia de COVID.
Si a esto le añadimos problemas aún mayores, no es de extrañar que la situación resulte abrumadora.
El cambio climático
El cambio climático está afectando a los agricultores de muchas maneras, desde fenómenos meteorológicos extremos y sequías hasta cambios en el régimen de precipitaciones y aumento de las temperaturas. Estas alteraciones pueden provocar la pérdida de cultivos, la reducción de los rendimientos y el aumento del coste de los insumos.
Como resultado de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, los países están planeando tomar una serie de normas de sostenibilidad de cara a reducir las emisiones y mejorar los registros digitales de las actividades agrarias. Esto plantea a los agricultores otro plano en que deben saber desenvolverse.
La adaptación a nuevas normas
Los agricultores también deben adaptarse a las nuevas normativas de agricultura y medio ambiente. Estas normativas suelen ser complejas, y los agricultores pueden necesitar formación y apoyo adicionales para cumplirlas.
La adopción de nuevas tecnologías
Comprender y abrirse camino por las nuevas tecnologías, como la agricultura de precisión, puede ser una tarea desalentadora para los agricultores, sobre todo si no están familiarizados con el tema. Con todo ello, cada tecnología tiene un diseño diferente y responde a una necesidad distinta. Por consiguiente, puede que los agricultores necesiten formación y apoyo adicional para hacer un uso correcto de la misma.
Sin embargo, se echa en falta un enfoque más humano en lo que se refiere al diseño de la tecnología en el sector agrícola. Esta es una parte esencial del reto que estamos tratando de abordar aquí en Farmable.
Sabemos que no podemos hacer frente a todos y cada uno de los retos a los que se enfrentan los agricultores. Nuestro propósito es crear una industria agrícola más productiva y eficiente, y lo hacemos poniendo al agricultor en el centro del proceso. Todas las funciones y soluciones están diseñadas en torno a la experiencia del agricultor como usuario.
¿Qué pueden hacer los agricultores para adelantarse a los acontecimientos?
Las políticas gubernamentales, la ayuda financiera y técnica y la colaboración con terceros pueden ayudar a los agricultores a adaptarse a las nuevas normas y a acceder a nuevos mercados. Lo importante es que los agricultores se informen y busquen apoyo, recursos y oportunidades para operar mejor.
Getting started with digital farming to get ready for compliance with the upcoming sustainability regulations is a strong start.