¿Te preguntas a quién le importan de verdad los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas? ¿Quieres saber la respuesta corta?
A todos y a nadie.
Deja que me explique.
Las opiniones sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas varían entre personas y grupos. Hay personas que ven los ODS como un plan ambicioso y necesario para abordar los problemas mundiales, mientras que otras pueden tener una visión más crítica al respecto. Son factores como las experiencias personales y los antecedentes culturales, sociales, económicos y políticos los que determinan las diferentes perspectivas sobre los ODS.
Necesidad contra ambición desmedida
Hay un aspecto crucial que diferencia a nuestra especie de las demás desde el principio de su existencia: la capacidad de trabajar juntos en grupos a gran escala.
Cualquiera que haya estado implicado en esta capacidad de organización y crecimiento también ha tenido que enfrentarse a un reto importante: cómo hacer que la gente se ponga de acuerdo.
Por alguna razón, y quizá se trate de una predisposición ancestral, abordamos las nuevas ideas o el cambio con escepticismo y condescendencia hasta que la idea cala o nos afecta directamente de forma muy tangible.
Este es uno de los principales desafíos de los ODS.
Me gusta considerar los 17 ODS como un marco para la cooperación y la colaboración internacionales. ¿Se podrían haber formulado de otra manera? Por supuesto. Todo lo que creamos tiene el toque humano detrás, y como personas podemos apostar por distintas formas de hacer las cosas.
Pero bueno, esa no es la cuestión.
Conseguir que los habitantes de un municipio pequeño se pongan de acuerdo sobre una forma común de recoger o reducir los desperdicios es de por sí una tarea considerable. La mayoría de la gente cree que sus ideas o formas de hacer las cosas son mejores que las de los demás. Y todo ello, en cierto modo, ha fomentado la innovación y el progreso a medida que los individuos y grupos experimentan con nuevas ideas y formas de operar.
Sin embargo, si todo el mundo cree que su forma de hacer las cosas es superior a la de los demás, ¿cómo se alcanzan los acuerdos? Si llevamos el desafío a 193 países que acuerdan objetivos, metas y planes de acción comunes, se obtiene la madre de todos los retos organizativos.
Y esa sí es la cuestión.
Los ODS facilitan un marco de entendimiento entre países, independientemente de sus diferencias, que puede usarse como fundamento del cambio. Con suerte, se tratará de un cambio positivo.
¿Son demasiado ambiciosos o poco prácticos a la hora de coordinar a nivel mundial?
Puede ser. Sin embargo, la ambición es un elemento dominante en la humanidad desde tiempos inmemoriales. Gracias a ella, hemos construido el mundo de hoy. Y gracias a ella, también construiremos el de mañana. El mundo que imaginamos.
El valiente colibrí
La Rotterdam School of Management tiene una visión interesante sobre cómo abordar los ODS: el enfoque del colibrí. La historia que sigue se cuenta en su curso Driving Business to Sustainable Development Goals (Impulsar a las empresas hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible, traducción propia). Está inspirada en la historia de los colibríes contada por Wangari Maathai, fundadora del Movimiento del Cinturón Verde y Premio Nobel de la Paz.
Imagina un enorme y frondoso bosque que se incendia. El fuego avanza y avanza y se vuelve poderosísimo. Todos los animales tienen que huir del bosque y no pueden hacer más que mirar cómo el fuego destruye sus casas.
Entonces, de repente, ven a un pequeño colibrí que vuela hacia el río, toma una gota de agua, regresa al bosque y deja caer el agua en el fuego. Vuelve al río, recoge otra gota, vuela de nuevo al bosque, deja caer el agua y así sucesivamente.
El resto de animales lo miran y dicen: «¿Qué haces, colibrí? Eres muy muy pequeño y hagas lo que hagas no va a surtir efecto». El colibrí responde: «Seré pequeño e insignificante, pero hago todo lo que puedo. Siempre estará de mi mano dar lo mejor de mí».
Conecté especialmente con esta historia, ya que los ODS me resultaron bastante abrumadores cuando empecé a trabajar en ellos.
Al principio, los ODS pueden parecer complejos e imposibles de resolver. Y no solo son complejos, sino que están interconectados.
Por poner un ejemplo, si uno se centra en alimentar al mundo puede tener la tentación de fomentar el monocultivo, la agricultura a gran escala en la que únicamente se cultiva una especie. De este modo, podemos cultivar y cosechar con la misma eficacia. Pero, a menudo, esto provocará el deterioro de la biodiversidad, lo que conducirá a la degradación de la tierra hasta que no se pueda cultivar más en ella.
Errar es humano. Hacer críticas, también.
Mi actitud inicial era escéptica, por eso tiene sentido hablar de algunas de las críticas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas:
- La escasa financiación: los críticos sostienen que los ODS necesitan más financiación para alcanzar sus ambiciosos objetivos, sobre todo en los países en desarrollo.
- La falta de responsabilidad: hay quien sostiene que faltan mecanismos de rendición de cuentas y de ejecución para garantizar que los países y las empresas cumplan sus compromisos con los ODS.
- La falta de progreso: algunos argumentan que el progreso de los ODS ha sido lento y que no se ha avanzado lo suficiente en muchos de los objetivos.
- Las desigualdades: se cree que los ODS no abordan las desigualdades estructurales y no prestan atención a las necesidades de los grupos marginados.
- La falta de integración: los críticos afirman que los ODS no están suficientemente integrados y coordinados, lo que se traduce en una falta de coherencia y eficacia a la hora de lidiar con los problemas mundiales.
- El solapamiento con otros acuerdos internacionales: algunos argumentan que los ODS se solapan con otros acuerdos internacionales y carecen de diferenciación clara, lo que dificulta el seguimiento de los avances de objetivos específicos.
Este último punto es especialmente cierto en la agricultura, un sector acosado por el aumento de las directrices y el cumplimiento de la normativa.
La opinión de los agricultores sobre los ODS
La opinión de los agricultores sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas varía, debido a su procedencia y diversidad de experiencias.
Hemos estado con agricultores de Europa, Oceanía, África y América Latina, y la conclusión es que comparten algunos puntos de su visión de los ODS.
Contras:
- La falta de concienciación: puede que algunos agricultores no sean conscientes de los ODS o de su relación con la agricultura; asimismo, es posible que no dispongan de la información o los recursos necesarios para comprometerse con los objetivos.
- Una actitud negativa: otros agricultores pueden considerar que los ODS son demasiado ambiciosos o poco realistas y que tienen poca relevancia para sus operaciones o preocupaciones cotidianas.
- Recursos limitados: puede que los pequeños agricultores tengan recursos y conocimientos limitados para adoptar prácticas sostenibles, lo que les dificulta comprometerse plenamente con los ODS.
Pros:
- Una actitud positiva: hay agricultores que ven los ODS como una forma de mejorar la sostenibilidad y la rentabilidad de sus explotaciones y que consideran que ofrecen oportunidades para la innovación y el crecimiento.
- El cambio climático: el cambio climático ocupa uno de los ODS, por lo que algunos agricultores pueden priorizar este objetivo, ya que es una cuestión fundamental para la agricultura y la seguridad alimentaria.
- Apoyo: hay quien apreciará el apoyo que los ODS prestan a los pequeños agricultores a través de la agrosilvicultura, la gestión sostenible de la tierra y las iniciativas de agricultura climáticamente inteligente.
Por desgracia, muchas charlas sobre sostenibilidad dirigidas a los agricultores tienden a querer dar lecciones en el mejor de los casos o a denigrarlos en el peor.
Se echa en falta un punto de vista utilitario, sin tonterías, que disipe la confusión y ofrezca a los agricultores acciones claras y prácticas que les beneficien y que puedan llevarse a cabo con constancia durante las operaciones diarias.
Por qué los agricultores son esenciales de cara a cumplir los ODS
La agricultura tiene un impacto notable en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
- Según la FAO, la mitad de la tierra habitable del planeta se destina a la agricultura.
- Casi el 90 % de la deforestación mundial se debe a la expansión de la agricultura, tanto de tierras de cultivo como para el ganado.
Tener a todos los agentes de la industria agrícola a favor de los ODS es fundamental para que se cumplan y, por ende, para el planeta.
Entre los objetivos destacan los siguientes:
- Objetivo n.º 2: Hambre cero. Este objetivo pretende acabar con el hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición, y promover la agricultura sostenible.
- Objetivo n.º 12: Producción y consumo responsables. Este objetivo pretende garantizar modelos de consumo y producción sostenibles, incluidas prácticas agrícolas sostenibles.
- Objetivo n.º 13: Acción por el clima. Este objetivo pretende tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus repercusiones, también en la agricultura y la seguridad alimentaria.
- Objetivo n.º 14: La vida bajo el agua. Este objetivo persigue la conservación y el uso sostenible de los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible, lo que también implica prácticas pesqueras sostenibles
- Objetivo n.º 15: La vida en la tierra. Este objetivo busca proteger, restaurar y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, los bosques, las selvas y la biodiversidad, lo que incluye prácticas sostenibles de gestión de la tierra.
- Objetivo n.º 17: Alianzas para conseguir los objetivos. Este objetivo pretende reforzar los medios de aplicación y revitalizar la asociación mundial para el desarrollo sostenible; incluye alianzas para la agricultura y el desarrollo rural sostenibles.
En general, los ODS pretenden promover sistemas agrícolas sostenibles y resilientes que puedan proporcionar seguridad alimentaria y mejores medios de vida a los agricultores y las comunidades rurales, al tiempo que protegen el medio ambiente y abordan los efectos del cambio climático. El «cómo» es lo interesante del asunto, ya seamos espectadores o actores.
En conclusión
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) me parecen útiles como marco para impulsar la cooperación a escala local e internacional en torno a objetivos comunes de mejora de la economía, la sociedad y la ecología.
Los ODS son una llamada a la acción para que todos colaboremos en la creación de un futuro mejor para nuestro planeta y todos sus habitantes. Disponer de un lenguaje común para los 17 objetivos nos permite comprender realmente el alcance de nuestras acciones e implementar cambios significativos. Al mismo tiempo, nos permite aunar fuerzas en distintas disciplinas y sectores, compartir nuestros conocimientos y experiencias y trabajar por un objetivo común con pasión y determinación. Nos ofrece formas concretas y tangibles de generar cambio y dejar un legado a las generaciones futuras.
Lee cómo la Unión Europea pretende influir en el Objetivo n.º 13: Acción por el clima, y sus repercusiones en la vida cotidiana de los agricultores de la UE.